martes, 12 de junio de 2018

“EQUIPO CHICO POR SIEMPRE”


Tal vez sea muy tarde para escribir estas palabras, pasadas 4 noches de una final que quedará en la retina para los amantes del fútbol nacional, o por el contrario, tal vez sea muy temprano, a dos días del gran sueño y el capricho que no nos deja trabajar, estudiar o incluso dormir a los amantes de la pecosa. Sea cual sea el caso, no es mentira para nadie haberse sentido identificado alguna vez con los David del fútbol (independiente de ser un nombre de reyes del balón), que con valor, coraje, y como dicen los argentinos “Aguante” nos han hecho emocionar, vibrar, gritar, y hasta a los mas incrédulos desviar la mirada así sea por curiosidad, ante grandes hazañas vividas contra los Goliath del balonpié.

Podemos ser amantes de los llamados grandes, si es en Colombia: Millonarios, Nacional, América de Cali o Junior de Barranquilla, o bien sea de los titanes históricos del fútbol: Real Madrid, Barcelona, Liverpool, Manchester United, Bayern Munich, Juventus, Milan, Inter de Milan, River Plate, Boca Juniors y los pocos que puedan hacer parte de este selecto grupo; pero ¿quien no se ha emocionado y ha regalado parte de su corazón a esas sorpresas que hacen de este deporte una historia de amor?. Desde niño aprendí gracias a mi padre a no desprestigiar al mas pequeño, desde las “pollas mundialistas” que entre sueños no tan descabellados daban como ganador del mundial a la Croacia de Davor Šuker, hasta empezar a vibrar con los partidos de la “Marea Roja” en Corea-Japón 2002, cuyas historias crearon una generación de soñadores en el césped. Soñadores que hicieron sacar una lagrima a mas de un Colombiano aquella noche del 1 de Julio del 2004 con el Once no tan perfecto pero si ideal del profe Montoya. Soñadores que pusieron a todo un continente a hinchar dos años seguidos por un Liga de Quito casi desconocido, hasta que ese al que apodan “Patón” lo puso en lo mas alto de Sudamérica. Soñadores que un poco mas lejos, pero no de otro planeta acabaron con una hegemonía del régimen futbolístico de la península ibérica y que partido tras partido alimentaban con su uniforme rojiblanco la vista incrédula del mundo del fútbol. Soñadores que volvieron amantes del fútbol inglés a aquel que tal vez no sabía que era un fuera de lugar, con las jugadas de Riyad Mahrez y los goles de un “aparecido” Jamie Vardy que pisotearon las grandes chequeras del mundo británico.

Tal vez sea muy tarde para escribir estas palabras pero gran parte de Colombia gritó aquel gol de Marco Pérez con el cual el Deportes Tolima se coronó campeón ante un grande de nuestro país, pero sé que aún estoy a tiempo para pedir que un “Equipo Chico” nos robe el corazón durante los próximos 30 días. Y si es así que se denominan a los equipos soñadores, a quienes nunca bajan los brazos, a quienes emocionan no solo sus hinchas si no a todo un país o a todo un planeta quiero que mi equipo sea “EQUIPO CHICO POR SIEMPRE”.

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