lunes, 18 de junio de 2018

MÉXICO LINDO Y QUERIDO


Ha pasado poco más de un mes desde que conocí por primera vez aquella tierra “Donde el sol pega duro y baja despacio”, tal vez sean pocos los que conocen esta frase, pero para los muchos que la desconocen, señores, hablo de la hermosa tierra mexicana.

Y es aquí, donde mi amor por el futbol me llevó a una  experiencia un poco apática para los más fervientes del fútbol sudamericano, conocer el fútbol mexicano. Debo aceptar que mi único contacto con el fútbol mexicano habían sido sus participaciones (mejores que las de muchos equipos de Sudamérica)  en copas de la Conmebol, sin embargo esta vez sería diferente, esta vez yo estaría de visita y debía vivir y sentir la pasión como el país que me acogía.

Como es costumbre en los sudamericanos, llegué al estadio unas horas antes del partido (la primiparada paga), y luego de casi 3 horas y faltando 5 minutos del pitazo inicial, tuve una compañía numerosa en la tribuna “Palomar” (algo así como occidental en el Campín). Al salir los equipos se escucha cómo un canto de guerra a todo pulmón, aquel Goya que llena de honor no solo a los hinchas de Pumas sino a todo integrante de la UNAM, seguido del canto del himno a la Universidad que ante los ojos del equipo visitante veían en él, un Haka Maorí de no menos de cuarenta mil personas.

Inició el partido con la esperanza de medio Distrito Federal de alcanzar la semifinal del torneo Clausura de la liga mexicana, pero al frente estaba la otra mitad y con ellos mi simpatía ante el gol al primer minuto de juego del equipo visitante. Guerra de porras (sinónimo de barras y cánticos al futbol sudamericano), emociones, tristeza, ilusión y desilusión para muchos, así transcurrió el partido que finalizó 4-1 a favor del visitante. Las caras largas se apoderaban del túnel de salida pero  en mi retina quedó la pasión y el orgullo con que los “manitos” viven el deporte de los Dioses. Pasión que se apoderó del corazón y la garra de 11 jugadores quienes hicieron del 16 de Junio una día de júbilo no solo para el orgullo de 133 millones de Mexicanos, si no para el fútbol latinoamericano.




Y no,  no señores, lamento contradecir a quienes alimentaban los murmullos de oficina en las mañanas con su café en mano, pero  Alemania no estaba confiada ni tampoco es un golpe de suerte, porque el mérito es de 11 hombres batidos en la cancha como guerreros teotihuacanos, el mérito es del planteamiento de un hombre resistido por muchos, el mérito es de todos los hinchas mexicanos que con el canto ensordecedor de “Cielito lindo” ahogaban los gritos de gol de los actuales campeones del mundo, el mérito es de todos los corazones mexicanos que a más de 10 mil kilómetros de distancia estuvieron paralizados durante 90 minutos, y de todas las personas que como yo, se enamoraron de una tierra, una cultura y un futbol creado por los mismos Dioses Mayas y que entre todos podemos decir hoy ¡¡VIVA MEXICO CABRONES!!.

Twitter: @lacasacadel10
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